Recuerdo hace poco -como si hubiera pasado ayer mismo-; cuando pasaba un contexto en donde mi trabajo, mis conocimientos, todo mi estudio honesto, mis tribulaciones y todo aquello que anhelaba, no tenia un valor para el resto de personas. Dentro de todas estas situaciones, nunca olvidé de algo que me enseñaron desde niño, y eso se lo debo a mis padres: la oración. En mis oraciones siempre le pedí a Dios que me ayudara con un trabajo, que una empresa me llamara, o que me diera algo donde valerme.
La fe permite que Dios escuche nuestras oraciones. |
La verdad es que hasta ahora nunca pasó eso. Pero Dios sí contesto mis oraciones, pero más allá de lo que había pedido.
Nunca me entregó un trabajo, ni tampoco fui o soy de aquellas personas que son llamadas para trabajar en cierto puesto; nunca pasó, y nunca pasará eso. Sin embargo, Dios me entregó un propio puesto de trabajo, donde yo mismo me desenvolvería y pondría en práctica mi conocimiento, para que finalmente, sea valorado, y pagado. Pasé de pasar necesidades, a ser cada vez más humilde con el fruto de mi esfuerzo y dedicación que tuve y tengo ahora (la lección de humildad se aprende de Dios, y es el mejor curso que he llevado).
Bolsas de alimentos para las personas de buen corazón. |
Nunca trabajé para alguien, pero construí mi propio imperio; y ahora entiendo porque mi Dios, no me entregó todo esto en el instante (porque para él no hay nada imposible), me ayudó a perfilarme y a moldearme para su propósito, y tener una actitud humilde en la vida y con todas las personas. Lo que más aprendí de todo ello, es que aprendí la lección de la humildad, y tener una actitud madura frente a las cosas de la vida.
Sobre todo, en llevar un buen equilibrio de mi vida, y mis finanzas. Ya que me di cuenta que puedo terminar como el Rey Salomón, que inicio bien y termino mal, y eso me asustó y le pedí a Dios que me sujetara de sus manos todo el tiempo, aún con mis pecados encima. ¿Qué pasó hasta ahora? Mi Dios me hace reír en cada instante, y vivo enamorado de sus bendiciones.
De pasar a no tener nada, a tener recursos en el arca, para mí es una de sus bendiciones. Es por ello, que yo siempre digo: Si mañana se me cae un poco de Dinero, tendré la seguridad y la confianza eterna, de que mi Dios me pondrá ese dinero caído, más el doble de ese dinero perdido. Y esta misma situación, me pasa o pasaría si me asaltan o me estafan…etc.
¡Así es mi fe! Tan pequeña con un grano de mostaza, y por esta misma razón, y otras muchas, es por ello que el espíritu me manda que comparta lo poco que tengo con todos mis hermanos y pequeños, y ¿Por qué lo hago?
Porque sencillamente sé quien es mi proveedor, y tengo esa fe que Dios me ayudará. También hago caridad porque no soy amante del dinero, no me gusta, creo firmemente que el dinero solo existe en la mente, y es una cifra imaginativa, y por esto, y otras más cosas, es que hago caridad con mis hermanos y hermanas. Pero lo más importante, es que mi Dios me ha moldeado fuertemente; se necesita agallas para seguir este camino.
Que la bondad de mi señor, mi padre celestial, el Yo soy, el todopoderoso Jehová de los ejércitos, y su Hijo Cristo Jesús, estén con todos ustedes, y sacien sus corazones indecisos, y necesidades. Amén.