Inspirado en Romanos 5:12.
Recuerdo haber asistido a la iglesia de mis padres desde muy pequeño, y desde que tengo memoria, las enseñanzas y los valores que he aprendido durante la infancia, aún son bases fundamentales en mi vida, y en mis decisiones. Sé que dentro de todo esto, hubo como en todo ecosistema de vida, bajos y altos, y eso me hizo alejarme fuertemente de mi primer amor. Tal vez no tanto, porque no perdí mi hospitalidad espiritual, y mi sinceridad con Dios; y en cada decisión, a pesar de que no tenía una amistad estrecha con mi Dios, siempre me esforcé por hacer que mis decisiones giren en torno a la verdad.
Sé muy bien sobre lo que dijo el señor Jesús, sobre la forma en que los demonios trabajan y se meten en la vida de las personas; ya que el señor dijo: Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada (Mateo 12:43-45). Y esto es muy cierto, porque he visto a muchos cristianos a apartarse de las enseñanzas de la biblia, y han terminando muy mal, de lo mal que ya estaban.
Tengo a un familiar que fue pastor (porque ya no lo es), y durante su vida espiritual inicio con la meta de llegar a servir a Dios, pero su historia terminó justo como el rey Salomón (2 Crónicas 1), lleno de adulterio y de fornicación al extremo, y eso es exactamente, lo que hizo mi tío. Dudo que su vida sea fructífera a partir de que dejó su vida en manos del Diablo, pero estoy seguro que los brazos abiertos de nuestro Padre Celestial, lo espera.
Y así como estos casos, conozco a muchos hermanos y hermanas, que han sido embriagados al máximo por obras de demonios, y han sido apartados de la verdad, y han tomado de manera voluntaria y deliciosa las cosas del mundo. No digo que yo soy un santo, nadie lo fue; y nadie lo será. Pues como dice Romanos 5:12: Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
La serpiente es un animal que nace directo a picar, así hemos nacido los humanos: directo a pecar. |
¿Será que nadie se salve? Nadie, pero afortunadamente tenemos el valioso, y costoso sacrificio de nuestro señor Jesucristo, quien murió en el madero (o en la cruz para otras versiones), para la expiación de nuestros pecados, y poder tener la oportunidad de ser salvos. Nunca jamás, habrá enorme sacrificio y muerte que del señor Jesús (Juan 3:16). Por ello, si alguien te salva la vida, es por ende que eso quede marcado en tu vida para siempre.
Y eso es justamente lo que siento cada vez que leo las escrituras o miro un documental sobre nuestro señor; la increíble hazaña y agallas que tuvo nuestro señor de morir siendo inocente, humillado, y colgado como delincuente cuando realmente fue él nuestro mediador y cordero. ¡Aleluya! ¡Grande es el señor!
¿Qué haré para heredar la vida eterna?
Esta misma pregunta lo hizo un joven rico, quién tenia muchos bienes y era rico en posesiones (Marcos 10:17-30); el señor le dijo, y es la respuesta para nosotros el día de hoy: Una cosa te falta: ve y vende cuanto tienes y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; entonces vienes y me sigues (Nueva Biblia de las Américas). Esta enseñanza puede que a pocos les guste o a muchos, pero lo que Jesús nos enseñó, es que la venida de él es tan importante, y vital que, desde entonces, y poco a poco, la ley de Moisés, no tendría vigente en la vida de todas las personas a partir de su muerte.
Probablemente, este joven seguiría con las leyes de Moisés, pero la verdad es que el señor Jesús, transformaría y resumiría las leyes dados por Jehová en dos. El primero, amarás a Jehová con todo tu corazón; y amarás a tu prójimo como ti mismo; en esto, se resumen la ley. Y tiene mucha razón nuestro señor, realmente tiene toda la razón.
Las leyes de Moisés dada por Jehová, no estaban mal hechas en sí, sino que el problema fue que muchos israelitas, como muchos de nosotros actualmente, había aprendido a actuar, y estaban automatizados, y, por lo tanto, su amor a Dios, no era en espíritu y en verdad. Es decir, se engañaban a si mismos, creyendo a otros que hacían lo correcto, y eso Jesús cambio todo esto.
¿Jesús es más poderoso que su Padre? Jamás, pero podemos estar completamente seguros que el Padre Celestial, estaba orgulloso de su hijo, y todo lo que había y estaba haciendo en la tierra. Si leemos en la biblia, hay hasta en 3 ocasiones que el Padre Celestial habla desde el cielo, y nos asegura que él se siente afortunado y complacido de su Hijo Jesucristo (Mateo 3:13-17).
Cuando vas a tomar una decisión, y no sabes que hacer, o te sientes confundido; el señor Jesús es tu mejor opción para saber qué decisión tomar. Imagina por un momento, al señor yendo de tu mano y pregúntale directamente: Maestro, tengo esta pregunta y necesito que me ayudes por favor. La sonrisa del maestro, y su respuesta te ayudará a prosperar humildemente.
¡Que la gracia del señor esté contigo! Amén.